martes, 16 de noviembre de 2010

----- Una Bucanero bien Fría

UNA BUCANERO BIEN FRÍA

Con tanta conversación y la mezcla de idiomas le estaba empezando a doler la cabeza. Bárbara había desaparecido con su mulato, Diana hacía rato que se había ido y ella estaba ya cansada de beber ron caliente y fumar sin parar. Se moría por una cerveza fresquita.

-No puedo beber más esto... -le dijo a Fabrizio levantando el vaso de plástico.
-Si. Es un poco fuerte.
-¿Vamos al Rumbos a beber una Bucanero fresquita?

Diez minutos después los dos italianos cruzaban la puerta enrejada del Rumbos, que estaba en plena ebullición, y se dirigían directamente a la barra. Yaquelín les interceptó a mitad de camino.

-¡Pero bueno! ¿Dónde se metieron ustedes? Diana estuvo aquí, pero se fue con el alemancito enseguida... Oigan, no se me vuelvan a perder, vengan a sentarse con nosotros. Además, Bianca, yo tengo que hablar contigo de cosas serias... -dijo con una sonrisa maliciosa.
-No te preocupes que vamos a comprar una cerveza y nos sentamos.
-¿Y no me podrían comprar una para mí también?
-Claro, chica -rio la italiana.

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