miércoles, 12 de enero de 2011

----- Vuelta a la realidad

VUELTA A LA REALIDAD

De nuevo era de noche. La almohada estaba empapada de saliva y su cabeza hundida, atascada en ella. Hizo un esfuerzo que sintió como tremendo, encendió la luz. Las nueve. Tenía que salir de allí. Corrió al baño, se lavó la cara con agua fría, recompuso lo mejor que pudo la expresión hinchada que mostraba el espejito sobre el lavabo y salió de casa. Blanca le ofreció la cena y le dijo que Bianca había estado allí. Diana ni siquiera se había dado cuenta. “No, Blanca, no quiero comer nada, gracias. Me he quedado dormida y ahora tengo mucha prisa”. Ella protestó, por supuesto, cómo se iba a ir así, con el estómago vacío… la pregunta real era, aunque nunca la pronunciara, si iba a pagarle esa comida que no había probado.

“A las n
ueve en el Rumbos”, le había dicho Bárbara cuando se la cruzó a la hora de comer. Cuando volvía de la estación de no despedir al desgraciado del alemán.

Diana llegó algo tarde pero allí estaban.

-¿Y tú padre? ¿No viene hoy?
-No ha querido. Dice que esta fiesta es demasiado para él.
Bárbara, Yuri, Omar y ella.
-¿Dónde está el resto? ¿No han llegado aún? -Preguntó a Bárbara.
-Que va. Pero ya sabes que tienen otro ritmo.
-¿Crees que ha podido pasar algo?
-No creo. Vamos, espero que no...
-¿Una birra?
-Ok. Una Bucanero mientras tanto. ¿Y Bianca?
-No lo sé. La dejé aquí con Yoandri después de lo del paseo. Ha pasado por casa, pero como estaba dormida no me he enterado de nada…
-Se te nota en la cara –le contestó Barbara con sonriendo.
-Ya. No sé qué me pasa, pero estoy agotada, en serio… De todas formas, creo que Bianca no viene, porque hoy iba con comida del mercado y me parece que iba a cenar con Yoandri.
-Joder, pues nos vamos a hinchar... Tengo entendido que van a traer el ron por bidones.
-Si es que eres muy bestia.
-Bueno. ¡Que no falte de nada!
-¡Y menos de ron! Voy por unas cervezas.

A Diana le apetecía emborracharse, divertirse, desfasar y sacar toda la energía que le habían robado.

Allí, sentadas las dos solas en una mesa, se bebieron otra Bucanero mientras esperaban. Pero no llegó nadie.

Omar pasó a su lado:

-Voy en busca de Eddy. Esto no es normal, chica. No me demoro...

A Diana ni siquiera le miró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario