jueves, 20 de enero de 2011

Tres- No, no quiero casarme contigo

NO, NO QUIERO CASARME CONTIGO

-Olvídalo, chica. Tampoco es para que te pongas así.
-¿Cómo? Yo me pongo como me da la gana. ¿Tú te crees que yo soy tonta o qué?
-¿Por qué? ¿Por pedirte que te cases conmigo?
-Por ejemplo.
-Pero, chica. ¿Qué pasa? ¿Tan imposible te parece que te quiera?
-Teniendo en cuenta que nos conocemos desde hace unos días… Pues sí, me parece que es algo precipitado, ¿a ti no?
-¿Pero es que no te has dado cuenta de que acá las cosas son diferentes?
-¿Diferentes? ¿Acaso no somos personas los dos? ¿O la diferente soy yo? ¿Qué soy? ¿Una yuma?
-Tú no eres yuma, Barbarica. No para mí. Créeme que me gustas y me habrías gustado aunque te hubiera visto ya en España o si hubieras sido cubana… pero acá las cosas son así. La gente aparece, dura unos días y se va y tú estás quieto, esperando a que algo cambie y puedas moverte también. Pero esperar es muy cansado, chica, mucho. Yo no puedo más. Tú te vas, como todos, y tengo que intentarlo. Yo quisiera que las cosas fueran más despacio, pero no tengo tiempo.
-Como todos…
-Déjalo, ok. No sabía que te pondrías así. Olvídalo y punto.

Estaban tan enfrascados en la conversación que no oyeron los pasos que se acercaban. Cuando se dieron cuenta de que había alguien detrás ya no se podía hacer nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario