jueves, 20 de enero de 2011

Dos- Cena para dos

CENA PARA DOS

Bianca cocinó como pudo, con una olla que tenía un tamaño más apropiado para calentar leche que para hervir pasta y una sartencilla con pinta de no haberse usado en mucho tiempo, y haberse usado hasta la saciedad tiempo atrás. Espagueti con verduras, algo con lo que soñaba desde que llegó a Cuba. Metida en aquella cocina-salón-dormitorio, de repente, se sentía bien, como en casa. Las paredes ya no le parecían destartaladas, ni el espacio desordenado. A golpe de pasar horas allí, buenas horas de sexo y risas, todo había adquirido un sentido y nada de lo que encerraban esos 20 metros cuadrados sobraba.

Para beber, algunas cervezas calientes, y agua del grifo hervida. Puede que no fuera lo que Bianca había pensado o deseado, pero cada bocado le supo a regalo. Puede que la pasta estuviera pasada y que la bucanero perdiera mucho cuando no estaba fría, pero aquél estaba siendo, sin duda, su mejor momento en la isla.

Luego vino el sexo y las palabras bonitas hasta caer dormidos, ella abrazada a él, pequeña entre tanto cuerpo, feliz.

Hasta que sonaron unos golpes en la puerta desvencijada.

-Yoandri González, ¿está usted adentro?

Silencio y miedo.

-Ok. Sabemos que usted está, no nos haga entrar por la fuerza.

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